Alimentos Anticarcinogénicos

“ Todo provoca Cáncer, y ahora qué comemos?” Es una de las preguntas que más escucho de mis seguidoras últimamente. Que los pesticidas en frutas y verduras, que las hormonas, los antibióticos, las carnes procesadas, las grasas saturadas, los azúcares refinados, mares contaminados, explotación intensiva, GMO. Con tanta nueva información circulando principalmente en redes sociales muchas mamás ya no saben que darles de comer a sus hijos que no vaya a provocarles cáncer.

Si bien mucha de esta información es cierta y con base científica para algunos tópicos aún faltan mucha investigación. Por otra parte ningún alimento por sí mismo provoca cáncer por sí mismo sino que puede existir una asociación entre el consumo del mismo (generalmente elevado) y el riesgo de desarrollar determinado tipo de cáncer.

Como es casi imposible dejar de consumir todos los alimentos que son tildados de cancerígenos y para aborda estas inquietudes desde una visión positiva quisiera compartir con ustedes información con validez científica sobre algunos alimentos y componentes alimentarios Anticarcinogénicos.

  • Fibra dietética: Se ha encontrado que un elevado y continuo consumo de alimentos fuentes de fibra dietética podrían reducir en un 25% el riesgo de desarrollar cáncer colorecta. Las fibras high-fiber-dietsolubles en contacto con el agua forman soluciones de gran viscosidad cuyos efectos son los responsables en parte del potencial anticarcinogénico de la misma. Estas fibras retrasan el vaciamiento gástrico y ralentizan el tránsito intestinal. Algunos alimentos ricos en este tipo de fibra son la avena, la cebada, las legumbres y algunas frutas y vegetales. Las fibras insolubles por su parte, retienen agua formando mezclas de baja viscosidad; esto aumenta la masa fecal acelerando el tránsito intestinal y así disminuye la concentración y el tiempo de contacto de potenciales carcinogénicos con el colon. Los vegetales y los granos de cereales son especialmente ricos en fibras insolubles (ej. trigo y maíz) 
  • Antioxidantes y Fitoquímicos: El consumo de frutas y verduras otorgaría protección contra el cáncer a través del aporte de componentes anticarcinogénicos, tales como antioxidantes, principalmente carotenoides, vitamina C y E,  ácido fólico, flavonoides e inhibidores de las proteasas. Por estos motivos se debiera incrementar el consumo de frutas y vegetales en la dieta, lo cual tambiénalimentos-antioxidantes se asocia con una reducción del riesgo de enfermedades crónicas. Esto fue reafirmado por la Sociedad Americana contra el Cáncer (American Cancer Society) que concluyó que para reducir el riesgo de cáncer, la mejor recomendación es obtener los antioxidantes a través de fuentes alimenticias y no por suplementos sintéticos. Si bien hay evidencias que indican que los suplementos de antioxidantes pueden ser útiles en su prevención del cáncer, los resultados de los ensayos clínicos han mostrado conclusiones contradictorias y en ocasiones alarmantes. Agentes dietéticos con poder antioxidante como la curcumina (cúrcuma), epigalocatequina galato (té verde), genisteína (habas, soja), además de la apigenina (flavonoide abundante en frutas y vegetales, particularmente apio y perejil), pueden controlar la regulación de la progresión del ciclo celular en células cancerosas y pueden tener la capacidad de inhibir la progresión del cáncer en muchos órganos. 
  • Ácidos Grasos Monoinsaturados y Poliinsaturados: Se han relacionado con un efecto1._olvie protector para el desarrollo de cáncer, especialmente a nivel del colon.  De las grasas provenientes de la dieta, se ha estudiado mucho el efecto beneficioso del aceite de pescado, rico en ácidos grasos poliinsaturados omega 3, así como el aceite de oliva, rico en ácidos grasos monoinsaturados. Sin embargo, se ha descrito un efecto negativo por parte de los ácidos grasos de la serie omega 6 y de las grasas saturadas.

RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCIÓN DEL CÁNCER

En 1997 la AICR/WCRF propuso una serie de recomendaciones dirigidas a la prevención del desarrollo de cáncer

  1. Mantener un peso adecuado, evitando el aumento mayor de 5 kilos durante la vida adulta. Esta recomendación se hace en base a la evidencia existente en relación a la presencia de obesidad y el desarrollo de cánceres de distintos orígenes.
  2. Mantener actividad física de por lo menos 30 minutos diarios. El sedentarismo se ha asociado a un aumento del riesgo de cáncer de colon y recto. Al mismo tiempo, actuaría de forma indirecta favoreciendo la presencia de obesidad con su asociación al desarrollo de ciertos tipos de cánceres.
  3. Tener una dieta balanceada, rica en frutas, verduras, legumbres y cereales no refinados. Consumir 5 o más porciones de frutas y vegetales diariamente.
  4. Consumir granos poco procesados y alimentos ricos en fibra, limitando el consumo de azúcares refinados.

    Entrevista realizada para el periódico "Novedades Quintana Roo"

    Entrevista realizada para el periódico “Novedades Quintana Roo”

  5. No consumir alcohol, o hacerlo en forma moderada. Se recomienda un consumo no mayor de una copa diaria en mujeres, mientras que en el hombre se puede permitir hasta dos. Se ha relacionado el consumo de alcohol con el desarrollo de cáncer de boca, esófago, colon e hígado.
  6. El consumo de carnes rojas no debe ser mayor de 80 gramos/día, pudiendo ser sustituida por carne de pollo o pescado.
  7. Limitar el consumo diario total de grasas, lo que incluye los alimentos ricos en grasas y las preparaciones que involucren el uso de aceites. Se recomienda preferir el consumo de aceites de origen vegetal y evitar la reutilización de los aceites.
  8. Evitar el consumo de alimentos salados, limitando el consumo diario de sal a no mas de 3 gramos por cada 1000 Kcal consumidas. Esta recomendación es especialmente importante en los niños, ya que existen datos sobre el consumo temprano de sal y el desarrollo posterior de cánceres, especialmente del tracto digestivo alto. Se recomienda preferir el aliño de alimentos con hierbas y especias. No existe evidencia clara sobre el consumo de alimentos picantes y el desarrollo de cáncer gástrico.
  9. Usar métodos de conservación adecuados. La refrigeración puede actuar como factor protector, ya que impide la proliferación de microorganismos con efecto cancerígeno conocido.
  10. No consumir alimentos quemados, especialmente carne y pescado. Evitar cocinar a fuego directo, y freír o hervir en exceso. Evitar el consumo de alimentos ahumados, lo que se ha asociado a un aumento en el riesgo de desarrollar cáncer gástrico.