Crianza con Apego: Flagelación Materna y Otras Estupideces

Ahora pareciera ser que ser una madre dedicada plenamente a la crianza de sus hijos,  que da pecho a demanda y hace colecho es un martirio, una victimización o, como leí por ahí, una “Flagelación Materna” … WHAT?!! 

Chicas somos mujeres, nos tocó parir, nos tocó tener tetas, háganse cargo de su maternidad que no tiene absolutamente nada que ver con ser feminista o machista! Que el modelo capitalista, la industrialización, la sociedad de consumo, la incorporación de la mujer al trabajo asalariado y las licencias por maternidad y paternidad ridículas y patéticas hayan descontracturado la familia obligando a los padres a meter a sus hijos a la guardería 8 horas por día desde recién nacidos y transformando esa realidad en parámetro, no quiere decir que este paradigma de la modernidad sea lo “natural” es realmente lamentable y triste.

Como también lamentable es el inconsciente colectivo de que la colaboración paterna en el hogar es un “lujo”, o un accionar digno de aplauso y veneración: La paternidad es un ROL ACTIVO, no un pronombre vacío y ejercerla va mucho más allá de ser un proveedor económico.

Lo natural para un mamífero tan vulnerable como el ser humano cuando nace es estar lo más cerca de su madre el mayor tiempo posible, generando un vínculo y un apego necesarios para la supervivencia. No es una moda hippie-new-age, es puro instinto con base biológica, despojado de todo sentimentalismo ya que va mucho más allá del inmenso amor de madre, por si querían un contexto más biológico y menos  psicosocial.

Claro que no es nada fácil dar el pecho día y noche, claro que no es fácil cuidar de los hijos continuamente hasta en los sueños, sobre todo cuando son bebés. No es nada fácil ser madre Presente sin por ello dejar de ser mujer, dejar de tener sueños, objetivos, deseos personales y profesionales que van más allá de los hijos y trabajar activamente por conseguirlos con el tiempo y el cansancio en contra. No es un martirio pero si un desafío gigante que no cualquiera puede o quiere afrontar.

Por eso, en lugar de criticar o lapidar a una madre que trabaja en casa sin recibir ninguna paga material, haciendo magia para generar ingresos en su mínimo tiempo libre (generalmente de madrugada) adaptando su vida profesional, te invito a aplaudirla, invitarle un café, darle un abrazo, ofrecerle mirar a sus hijos por 15 minutos para que ella vaya al baño sola o simplemente respetarla. Te invito a agradecerle porque el tiempo, la dedicación y el amor que está dándole a sus hijos son el mejor regalo para una sociedad más sana y con menos vicios.

Me cansa seguir leyendo justificaciones absurdas para lo antinatural y me parten el alma esas mamás que están siendo aplastadas por el sistema, avasalladas por la violación de su derecho a una licencia por maternidad justa en tiempo y forma. Me parte el alma la mamá que pierde salario cuando falta al trabajo para velar por su hijo enfermo. Esas son las causas por las cuales deberíamos salir a la calle a exigir un cambio. Pero más me duele la crítica, la burla y la censura entre madres y entre mujeres, creo que esa es la raíz de muchos males. Si las mujeres nos uniéramos, apoyándonos y solidarizandonos unas con otras generamos una ola, un tsunami que cambiaría al mundo.

2015-01-25 03.01.39